• 500 gr. de champiñones frescos
• 1 Cabeza de ajo
• 1 Manojo de perejil
• Aceite de oliva
• Sal Maldon o sal gruesa
Lava los champiñones y sécalos muy bien.
Pica el ajo y el perejil chiquitito.
En un sartén a fuego medio-alto coloca aceite de oliva generosamente, y sofríe el ajo hasta que esté dorado cuidando que no se queme para que no se torne amargo.
Agrega los champiñones y sube el fuego, si es necesario agrega más aceite de oliva. Retíralos cuando estén dorados pero firmes.
Agrega perejil y sal al gusto.
Sirve caliente.